Aprender a poner inyecciones, hacer sillas con sogas para lanzarse 30 metros, caminar entre piedras, árboles y lodo, dormir en hamacatoldos y aprender los beneficios naturales de las plantas de la selva fueron algunas experiencias que vivieron los estudiantes de la Universidad de las Américas durante tres días, en el campamento de los Iwias ubicado en Pastaza al oriente del país.
La experiencia en un principio llenó de expectativas a los estudiantes, ninguno sabía lo que tendría que vivir y tampoco se lo esperaban. Llegaron el miércoles 17 de junio al campamento, la primera actividad fue servirse el almuerzo o como lo llaman los militares “rancho”, desempacar y armar el sleeping para dormir dentro del campamento.
La bienvenida la realizó el shamán de la selva con una típica limpia augurando lo mejor a los estudiantes dentro del campamento Iwia. El grupo era numeroso, 73 personas realizaron todas las actividades, algunos cumpliendo sus metas personales y otros deseando que el regreso a casa se realice lo antes posible.
Estar en un ambiente totalmente desconocido, con poco conocimiento sobre como desenvolverse, durmiendo en la intemperie llevo a muchos a la desesperación, sin embargo, las actividades de una u otra forma se realizaron.
Fotografía: Andrea Benalcázar
La experiencia en un principio llenó de expectativas a los estudiantes, ninguno sabía lo que tendría que vivir y tampoco se lo esperaban. Llegaron el miércoles 17 de junio al campamento, la primera actividad fue servirse el almuerzo o como lo llaman los militares “rancho”, desempacar y armar el sleeping para dormir dentro del campamento.
La bienvenida la realizó el shamán de la selva con una típica limpia augurando lo mejor a los estudiantes dentro del campamento Iwia. El grupo era numeroso, 73 personas realizaron todas las actividades, algunos cumpliendo sus metas personales y otros deseando que el regreso a casa se realice lo antes posible.
Estar en un ambiente totalmente desconocido, con poco conocimiento sobre como desenvolverse, durmiendo en la intemperie llevo a muchos a la desesperación, sin embargo, las actividades de una u otra forma se realizaron.
Fotografía: Andrea Benalcázar
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